Ella me invita a entrar, me da opción a caer ante agujeros negros que no dejan de absorberme, me da a elegir entre la risa, el llanto o los recuerdos. Me da la opción de pensar con todos mis sentidos. Luego se va, me deja un tanto hueca, caigo en la desesperacion de volver a estar en la realidad del día a día.
Esto es lo que pinté en mis primeras charlas con el THC.
Bolígrafo, lápiz, subrrallador morado y pegamento con purpurina. 2009
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